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Neurociencia y Educación

Como todos sabéis la semana pasada realicé un seminario de Neuroeducación, un tema que últimamente me intriga enormemente. He creído conveniente acercaros un poquito a este término pues considero que os puede ayudar a tener en cuenta algunos consejos a la hora de trabajar con los peques en casa durante este confinamiento.


La Neuroeducación es la ciencia que aplica a la educación los conocimientos que se tienen sobre el funcionamiento del cerebro. Actualmente, se conoce mucho sobre cómo nuestro cerebro aprende, cómo utiliza sus conocimientos previos y cómo implica a todas sus partes en el aprendizaje de nuevos conocimientos.


Uno de los aspectos más interesantes que extraje del seminario fue la valoración tan positiva que hace la Neuroeducación en relación a la Educación Infantil, las edades comprendidas entre los 0 y los 6 años son las más importantes, dijeron, y entonces sonreí. Y os preguntaréis ¿por qué? Pues es sencillo, durante estos primeros años aún se están formando algunas neuronas, por lo que su plasticidad nos permite adquirir muchas habilidades y aprendizajes. La neurociencia demuestra que cuantas más áreas del cerebro estén implicadas en el aprendizaje más completo y significativo es para el niño/a.


Se habló, en concreto, de la necesidad de aprender a través del movimiento, la importancia de la música y las emociones para el desarrollo y aprendizaje, la relajación y la calma para favorecer la atención y el aprendizaje en un entorno natural que reduzca el estrés y favorezca la adquisición de habilidades cognitivas.


Todo esto me llevó a reflexionar y decidí escribir este artículo para daros unas indicaciones relativas a aspectos que quizás estáis observando ahora en vuestros hijos y que os inquietan o preocupan.

  1. No para quieto/a. Pues si, la necesidad de movimiento de los peques es necesaria, no le pidas que esté una hora completa sentado y bien colocado, deja que se mueva de vez en cuando para volver después a centrar su atención. ¿cómo? mándale un recado, pídele que de una vuelta a la silla, o simplemente lleve sus manos a determinadas partes del cuerpo. Esto le relajará durante un momento corto y permitirá volver a la tarea de manera concentrada.

  2. No quiere hacer las tareas. Estamos pasando unos momentos difíciles, escuchadles, ¿qué sienten? ¿qué necesitan? las tareas pueden esperar, el equilibrio emocional es esencial para el aprendizaje y quizás aprenda más teniendo una entretenida charla con un mayor que realizando esa ficha que ha propuesto la profe.

  3. ¡Es un desastre! su motricidad a estas edades no es tan precisa como la nuestra, se paciente y da las indicaciones precisas para realizar las acciones de manera pausada y cuidadosa. La relajación guiada y el mindfulness, tal y como dice la neurociencia, favorece mucho este tipo de habilidades.

  4. Me da miedo que se haga daño. La experimentación en diferentes entornos, en especial en la naturaleza, es esencial para construir nuevos aprendizajes significativos para ellos. Darles la oportunidad de experimentar y descubrir de forma autónoma y libre es totalmente necesario para desarrollar su creatividad. Solo debes darle las indicaciones de seguridad necesarias previamente y supervisar su tarea sin anteponerte a lo que va a suceder. Deja que descubra y aprenderá.


Espero que estos cuatro consejitos os sirvan para asumir de forma relajada vuestro cometido estos días que, como estamos viendo, se van a alargar más de lo pensado. Y recordad...


"Cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo para el niño". (María Montessori).


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